El agua del río siempre me arrastrado como a una hoja seca que no encuentra seguridad en ningún sitio hasta que se ve cubierta de barro.
La ciudad nos come, nos arrastra desde que salimos de casa; la velocidad y la máquina, la máquina y la velocidad, el dinero y el poder, el hombre y la tierra,
jueves, 8 de enero de 2009
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